Ser auténtico
16 de julio de 2010 a las 16:45:57
He estado viendo este vídeo de Andoni Aduriz en el Cocinero Fiel y me ha llamado la atención lo que comenta en el minuto 2:30, que transcribo lo más fiel posible a continuación:
El cambio contractual, al menos de base, con respecto a la gente que viene a visitarnos no es la gente paga y tu le das de comer. Es una reflexión que pasa por decir, kontxo! algunas personas vienen de muy lejos para estar cenando ahí, han venido expresamente. ¿Cómo devuelvo eso?
La primera forma de pagar a esa gente es ser auténtico. Vienen de todo el mundo para ver cómo nosotros interpretamos las cosas. Será mejor o será peor tendrá un buen resultado o tendrá un buen resultado pero desde luego la autenticidad para mi es un valor, un valor doloroso y de entrega, porque cuando más auténtico eres tienes más posibilidades de no gustar, porque no se hacen las cosas para gustar, se hacen las cosas para ser en si mismas. Yo te he puesto como soy. No finjo algo para atarme a ti. Y esto la gente lo agradece.
Esta semana, estuvimos charlando con un compositor de bandas sonoras de cine. Al igual que pasa en el gremio del diseño gráfico o de creación web, en el gremio de la música por encargo, el cliente también tiene su opinión sobre el tema. El gusto estético o armónico es algo tan subjetivo que es inevitable que el cliente dicte sentencia sobre si la tipografía usada es o no la apropiada o si esa nota entra en el momento preciso, contaminando así esa autenticidad de la que habla Aduriz.
Supongo que hay que arriesgar como arriesga Aduriz, para evitar esa contaminación en tu trabajo: «Lo que yo hago es mi manera auténtica de trabajar. Te guste o no. Me contratas por eso». Conozco profesionales que trabajan así y realmente dejan su impronta en su trabajo. Aunque por otro lado el feedback por parte del cliente puede ayudar a completar ese proceso creativo.
Como escribes, hay una diferencia fundamental entre autores y artesanos. Los primeros tienen el crédito y la obligación de ser auténticos, de ser ellos. Los segundos, la obligación de plegarse a lo que quiere el cliente, de ser «coautores» o incluso simples intérpretes. ¿Qué somos cada uno? Pues depende del momento, del cliente, de cómo nos anunciemos, de lo que seamos capaces de transmitir con nuestro estilo propio, con nuestra personalidad. En cualquier caso, está bien saber dónde nos encontramos en cada momento y ser capaces de disfrutar con cada situación 🙂
Lo dijo Carlos Rioja el 19 de julio de 2010 a las 4:46 pm