Los Concursos públicos a debate

12 de julio de 2006 a las 09:07:31

Patricia, lectora de processblack y diseñadora en Bilbao, me propone que lancemos en processblack un debate sobre los concursos que hacen las instituciones públicas o semipúblicas para realizar marcas y campañas.

Por un lado podría parecernos que sí, que es correcto. Si el concurso es completamente justo y el proyecto no está adjudicado a algún amigo antes de comenzar, es una manera de no dar el trabajo «a los de siempre». También es una oportunidad de meter el morro en instituciones, que gastan dinero de manera más alegre que las empresas privadas.

Por otro lado, no es justo. Hay n empresas preparando diferentes propuestas, trabajando para la institución que presenta el concurso y al final solo cobra una y no es la primera vez que se oye que la empresa ganadora al final ha terminado copiando el proyecto de otra que también participó en el concurso.

¿Ves correcto este sistema de adjudicación de proyectos? ¿Es una manera de trabajar o una manera de regalar tu tiempo?

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19 Comentarios

otra variable que no se tiene muy en cuenta es el montante del proyecto ofertado. Si sobrepasa un número determinado (no se si son 5.000 euros ) debe ser concurso público, y si es por debajo de esa cifra se puede llamar a «empresas de confianza» para marearles un buen rato.

del párrafo de la justicia, el segundo. Leido rápido puede resultar extraño. Por una parte, hablas de que se lo dan a los de siempre. y en otra, de meter el morro en el alegre gasto.

Claro! son dos «sentimientos» enfrentados! 🙂

Yo la verdad es que tampoco sé como posicionarme. Pero si que es verdad que currarse un (plan de) proyecto y luego no ver ni un duro es duro… Es mucho tiempo (y dinero) perdido.

Desde mi punto de vista, estos concursos tienen un pequeño error y es que al final quien elige el proyecto es el que organiza el concurso. Esto parece lógico pero no lo es del todo. Una empresa tiene que asesorar desde el principio al cliente en un proyecto. Quien organiza el concurso (que no sé hasta que punto puede tener conocimiento de lo que necesitan) elige el ganador, elige dentro de los candidatos, cómo quiere que sea su proyecto. Decantarse por una empresa u otra ya está condicionando el resultado final del proyecto… No sé si me explico.

Pero como te comento, no sé como posicionarme. También me parece fenomenal dar oportunidades a todo el mundo…

Lo dijo miguel el 12 de julio de 2006 a las 9:49 am

«Quien organiza el concurso (que no sé hasta que punto puede tener conocimiento de lo que necesitan)»

eso te lo digo yo. Nada.

A los «públicos» les das chiribitas flash y les hablas de la doble AA (que es igual que una marca de persianas) y te pillan.

Si les planteas una estrutura muy accesible y usable, de sentido común «internetero», pues igual te dicen que no por algo tan liviano como «es que aquí dentro nos organizamos de otra manera». Mi respuesta siempre es la misma: Ya, y?

Yo siempre me topo con responsables que no tienen conocimientos avanzados del tema. Quiero decir, que el tío/a es el que decide, vale, pero debe delegar en alqguien que sepa de que va el tema. ¿O acaso le llevas al dentista tu coche cuando pierde aceite?

eso es, se supone que el diseñador trabaja para pero con el cliente, y así el resultado final será mejor. así que ¿qué significa este sistema de trabajo de presentar una propuesta (final) a partir de un fax o correo? te mandan un logo, unas medidas y un briefing de dos palabras y media. y con eso te curras un proyecto que puede acabar en el cajón.
sí es cierto que el presupuesto tiene que importar, pues está bien que algunos administradores de lo público velen por el cajón de las finanzas. pero en fin, en cuanto a la calidad, creo que todas las empresas convocadas/ presentadas a un concurso de este tipo podrían avalar y/o demostrar con proyectos previos la calidad de su trabajo. vamos, como ocurre en muchos otros ámbitos de la actividad empresarial y de creación.
yo siempre defiendo mi trabajo como el de un sastre, un traje hecho a medida con muchas horas de trabajo. el problema de esto del diseño es que muchos piensan que es como zara. una estantería con 50 modelos de camiseta en serie para elegir. y no, un diseño es una pieza única.
y eso no tiene que ver con el resultado final.
me parece abusivo el sistema de concursos, ya sea por más de 5000 euros o por menos. creo que no es necesario para que haya variedad en la adjudicación de los trabajos porque además no la garantiza, ni asegura que el proyecto elegido sea el mejor.
otra curiosidad: una vez me presenté a uno, las prioridades para la adjudicación eran por este orden, dinerito, plazos de entrega, otras mejoras (pdf, aumento de tintas, gramaje del papel…) y diseño (EN ÚLTIMO LUGAR). bueno, pues me lo adjudican y luego resulta que me vuelven loca para intentar cambiar el diseño para que al cordinador de turno le guste.
en fin, si lo adjudican con un presupuesto, unas mejoras y una maqueta, ¿habrá que respetarlo todo, no? yo no les he pedido un incremento en el precio.

Jajaja! Creo que aquí estamos ante lo mismo de siempre… El diseñador que ve las cosas, pero el cliente no: El cliente no ve que es un trabajo conjunto, el cliente no vé que le estamos asesorando, el cliente no se preocupa por el resultado final… 🙂

De todas formas, estos concursos se realizan en todas las áreas de la institución (diseño, obras…) para todo los presupuestos que superan una cantidad estipulada, no? Supongo que estos problemas serán iguales en todos los gremios que trabajan con las instituciones, solo que a los diseñatas nos «duele» o nos quejamos más, quizás por que pasamos mucho tiempo en preparar un proyecto y no un presupuesto «pelado».

Lo dijo miguel el 12 de julio de 2006 a las 11:03 am

sí, es cierto que pasa en otros ámibitos como con las obras públicas y proyectos de arquitectura estelar…
la verdad es que no sé cómo se las apañan… me imagino que explotando a jóvenes arquitectos recién licenciados. (yo como no tengo a quién explotar…)
habrá que buscar algún arquitecto que nos dé su opinión.

Tenéis razón en muchas de las cosas que decís.
Sin embargo, ¿cuál es la solución?
¿Cuál es la mejor alternativa a los concursos?

Creo que no la hay.
El brief podrá estar mejor o peor redactado.
El cliente opinar sobre el asunto con mayor o menor criterio, – o con mayor o menor acierto.
La propuesta ganadora puede ser la menos mala, o la que acierte de pleno con las expectativas del cliente.
El premio ser más o menos espléndido y servir para desarrollar una propuesta (permitir variaciones), o simplemente para pagarla.

Ninguna de esas dudas es inherente al concurso. No en exclusiva.
Y elegir “a dedo” no evita ninguna de ellas. Los trabajos previos no garantizan éxitos futuros. Habida cuenta del movimiento que suele haber en el mundillo de las agencias, puede que el creativo de talento o el planificador visionario, hayan cambiado. A no ser que se trate de un nombre propio. Pero en este caso tampoco es garantía de nada, salvo que se quiera una copia de algo que haya hecho para otros clientes.

Se pueden hacer cosas gratis, como favorcillos a amiguetes, y os encontraréis los mismos problemas. O peores.
Y esa cerveza o cubata que te prometen nunca llega 😉

Ya te digo… yo tengo una de bocatas de calamares pendientes 🙁

El proceso de concurso acostumbra a no ser limpio. Hay demasiadas partes implicadas que tienen interes. Y cuando hay pasta por medio las influencias son las que mandan.

El problema del diseñador siempre es el mismo, que su trabajo es visto por los demás como altamente subjetivo, como el arte. Un fontanero no tiene ese mismo problema ya que su trabajo se puede analizar completamente desde un punto de vista objetivo. Mi representación favorita del problema es la siguiente: http://www.foroalfa.com/articulos/Image/leiro_triangulo.jpg

Cuando entra la subjetividad en juego pues te puedes esperar cualquier cosa. Razonamientos tales como «el verde no era un color apropiado» o «no se podia aplicar a dos tintas (aunque el diseño presentado era a dos tintas)» absolutamente sin sentido son el resultado desesperado para justificar algo muchas veces injustificable como «tu no eres del pueblo» o «prefiero darselo a mis colegas de borracheras».

Yo creo que el concurso es una buena manera de dar oportunidades a todos siempre que el proceso de elección de las ideas sea limpio. Intuyo que muchas veces no lo es. Se saltan las normas de muchas maneras: plazos de presentación imposibles, asignaciones a dedo…
Creo que hay que diferenciar entre los concursos públicos y los que se desarrollan en el ámbito privado. En este último tanto clientes como agencias deberían hacer lo que les de la gana. Yo convoco (y os chuleo) si quiero. Yo me presento (y puedo perder una pasta) si quiero.
De todas maneras el mundo de los concursos es un poco chungo y siempre tendrán las de ganar los grandes que ponen a currar a sus mal pagados currelas a deshoras y sin compensación económica alguna.
Creo que en los concursos publicos se debería pagar un precio X. a todos los que se presenten independientemente de si son elegidos o no (si ya sé perezco Blancanieves). No sé. En cuanto a la subjetividad de los clientes (amigo¡) está ahí y es un tema difícil de esquivar. Yo tengo alguna buena. Una clienta me hizo cambiar una combinación de colores (sugerida como válida en su manual de imagen corporativa) porque tenía el mismo color del chandal que usaba en el cole (juro que es verdad) y la clase de gimnasia pues no era lo suyo. Que argumento utilizo yo ante esto?

Os cuento la versión desde el otro lado de la barrera. La contratación pública se rige por la Ley de Contratos del Estado. No soy experto en contratación, pero en tanto que trabajo como técnico en una institución pública, me ha tocado con bastante frecuencia participar en procesos de contratación. Sin duda, cuanto se está contando en este debate puede ser cierto, pero depende.
Esta Ley rige cualquier tipo de contrato que deba realizar una administración pública, da igual que estemos contratando una carretera que los folletos que publicitan la obra. Las condiciones de la contratación se rigen básicamente por la cuantía del contrato. Hasta 12000 euros no es necesario ningún tipo de concurso, basta con la presentación de la factura. Hasta 30000 es suficiente con lo que se llama procedimiento negociado, que consiste en invitar a tres empresas a presentar sus ofertas y posteriormente adjudicar a la propuesta que se condidere más adecuada. A partir de esa cifra es necesario convocar un concurso público que se debe regir por los principios de concurrencia y publicidad, es decir, debe ser abierto a cualquiera (siempre que acredite los requisitos que se estipulen en los pliegos de condiciones técnicas).
No quiero ser rollete, pero básicamente esto quiere decir que para contratar cualquier cosa (un folleto, una marca, una campaña,…) es obligatorio «molestar» a gente, con el añadido de que a veces se lleva el contrato gente que anteriormente te ha demostrado su incompetencia, pero se lo lleva porque hace una oferta más baja que los demás.
Esta forma de contatar está establecida desde hace muchos años, pero el amigo Roldán, el picoleto chorizero, consiguió endurecerla considerablemente.
Este sistema te puede llegar incluso al absurdo. A veces se contratan auténticos incompetentes, pero son los más baratos. En otras, no puedes mantener una cierta línea de diseño, porque se lo llevan otros, a veces presentan propuestas muy mejoradas respecto de lo que se pedía, pero como no estaba en los pliegos no se pueden tomar en cuenta, etc… tengo anécdotas para todos los gustos y kafka se divertiría enormemente en algunas de las mesas de contratación en las que he participado.
Otra cosa es lo relacionado con la bondad o no, lo idóneo o no, de la imagen presentada. Tenéis que daros cuenta que si necesitamos un folleto para un programa, lo lógico es que nos pongamos en contacto previo con algún experto que nos pueda orientar, pero eso no es, en principio posible, ya que el principio de concurrencia intenta eliminar los «amiguismos» o los condicionamientos previos (información privilegiada, vamos) y no podemos recurrir abiertamente a expertos. Nosotros no somos necesariamente expertos en comunicación, o diseño, o teconología web,… y por lo tanto, con estas limitaciones, no tenemos capacidad para plantear adecuadamente las condiciones técnicas o resolver los concursos.
Este es el marco general, pero, como decía antes, depende. La picaresca está absolutamente presente. El fraccionamiento de facturas, para poder limitarse a los 12000 euros que permiten trabajar con facturas (se factura la imagen por un lado, la maquetación por otro, la imprenta por aquí, lo vermús por allá) y lo que costaba 40000 euros pasa a ser cuatro facturas de 10000. Normalmente, Intervención, al menos en mi institución, pilla esas historias y tienes que dar mil explicaciones, pero la trampa está hecha. Otra trampa es realizar un negociado (hasta 50000) previamente pactado con un contratista que te da las direcciones de otros cuatro amigos que ya están avisados para que no presenten ofertas. Otro tipo de trampa es pactar las condiciones técnicas de tal forma que la adjudicación sea necesariamente la que ya se ha previsto. Pero en general, al menos en mi institución, es bastante difícil, cada vez más, hacer este tipo de trampas.
De todas formas, estas cosas van asociadas a las características personales y profesionales de los técnicos implicados en la convocatoria. En la administración el número de incopetentes y soplagaitas es el mismo que estadísticamente corresponde a la sociedad, de la misma manera que el número de magníficos profesionales también es reflejo de la misma. Dicho de otra manera, os van a volver locos y aprovecharse de vuestro trabajo, mucho más en la administración, pero por el procedimiento no por las personas implicadas. Eso sí, como os toque un gilipollas total (y juro que yo conozco alguno muy habitual en mesas de contratación) que no os pase nada
Para acabar, perdón por la chapa, creo que haces referencia al concurso convocado por el CAT. No sé cuál es la naturaleza jurídica del CAT pero supongo que es una sociedad pública y por lo tanto, se supone que estará sometida al derecho público, es decir, al sistema que he mencionado. Si no es ese el caso, es decir si está sometido al derecho privado, puede actuar como cualquier empresa privada y hacer lo que quiera.

Aunque no guarde relación directa con el tema «concursos» os dejo un enlace sobre un website que habla de trabajo especulativo (en inglés):
http://www.no-spec.com/

En cuanto a lo que comenta Rafa de pagar a los convocados que presenten una propuesta a concurso, lo cierto es que ya he visto algún caso de concursos «cerrados» (aquellos en los que se invita a participar sólo a unas agencias/estudios preseleccionados por el cliente) en el que el mero hecho de presentar algo se remuneraba. Es lógico cuando el esfuerzo intelectual no se limita meramente a darle a una aplicación, decidir costes y «et voilá». Es más, cuando de lo presentado se obtienen ideas, se refritan, se mezclan y al final se le conceden al que mejor propuesta económica les ha hecho aún no siendo la mejor en cuanto a planteamiento, se hace palpable que hay un aprovechamiento ilícito intelectual.

Lo del chandal es memorable. Se podría publicar un anecdotario o ‘susedidos koxkeros’ de incidencias de índole diversa. Ya que estoy de enlaces, os dejo una referencia bastante conocida, pero que a alguno le gustará leer si no lo conoce (también en inglés):
http://www.clientcopia.com/

Saludos.

Gracias por contar el otro lado, Patxi. Hay datos más que interesantes! 🙂

Por aclarar (por nada más que por aclarar), no me refiero a ningún concurso en concreto… es un tema que me propuso Patrica (de bilbao), así que aunque hemos hablado de algunos concursos organizados por el Ayuntamiento de Donostia o Bilbao, no me refiero a ninguno en concreto…

Ahora al tema… yo soy partidario de lo que ha comentado Rafa. Todos los presentados tendrían que recibir algo solo por el trabajo de preparar prototipo del proyecto. En algunos oficios, te cobran por un planteamiento o boceto… hay interioristas que por bocetar el proyecto ya pasan una factura y no lo veo mal… con esto tendría que ser similar.

Hay que cambiar esa Ley de Contratos del Estado…

Lo dijo miguel el 12 de julio de 2006 a las 10:25 pm

muy interesante todo lo escrito, especialmente lo de patxi por ser el otro punto de vista. y lo de clientcopia….menudo baúl de consuelos! me da miedo la adicción…
yo también voto por nuestro propio anecdotario, o mejor, un archivo de bocetos aportados por los propios clientes. qué pena que tiré dos memorables….
aunque el resultado final tuvo que ser absolutamente fiel, solo que pasado por el freehand y el photoshop. ¡qué vergüenza!

Quizás una posible solución sería que en las escuelas se dieran clases de oratoria y persuasión. Para evitar quedarse sin argumentos ante «un chándal» 😉
¡Ánimo a todos!

ole por patxi. prefecto y detallado en la respuesta.

Hablando de concursos, así, que no nos ve nadie, ¿alguien piensa por ejemplo que las «3 firmas consagradas» (serán sus firmas, porque sus obras…) que elaboraron el cartel para la Semana Grande donostiarra no cobraron por adelantado antes de colgar el teléfono?

[…] Los concursos públicos a debate, tema que siempre dará que hablar. […]

Hola, Buscando información sobre las contrataciones del estado he encontrado este blog, cuyos comentarios me han resultado muy útiles.

Me gustaría preguntar si alguien sabe (quería preguntarle a patxi, pero no puedo hacerlo directamente) si sabéis en qué punto/puntos de la Ley de Contratos del Estado se regula lo de los contratos por importe superior a 12.000€ y la necesidad de presentar tres ofertas de empresas diferentes.

He estado buscándolo en la ley, pero no he consegido encontrarlo.

Muchas gracias por adelantado y un saludo

Isabel

[…] Y todo esto, claro está, con todo lo que conlleva un concurso de diseño gráfico: Un montón de gente trabajando gratis, por si tienen suerte y les toca los 6000 del premio… […]

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